Por: Dr. Gildardo Fco. Zafra de la Rosa.
Ante mutaciones deletéreas, la célula cuenta con un eficiente sistema de reparación a través de la vía Reparación por Recombinación Homóloga (HRR), la cual permite reparar mutaciones de la doble cadena, activando un complejo mecanismo molecular que incluye a un equipo de genes, dentro de los que se encuentran principalmente BRCA1/2, ATM, PALB2 y RAD51; sin embargo, cuando ocurre una mutación en alguno de los genes de esta vía, se establece una Deficiencia en la Recombinación Homóloga (HRD).
Los defectos en la reparación producen acumulación de mutaciones con la consiguiente malignización celular. Resulta interesante el hecho de que estas mutaciones dejan firmas moleculares, tanto si corresponden a eventos en células germinales, como sí ocurren en células somáticas.
Cuando el daño al ADN es mayor, como ocurre en las alteraciones de la estructura molecular, dadas por rearreglos, deleciones/duplicaciones (Indels) o pérdida de heterocigosidad (LOH), se origina inestabilidad genómica.
La inestabilidad genómica y el daño al ADN permanecen en la célula dejando Cicatrices Genómicas que pueden interpretarse como indicadores de patrones de mutaciones específicas y pueden ser útiles como métricas genómicas cuantitativas.
Actualmente hay programas que utilizan algoritmos con capacidad para analizar, en paneles de secuenciación, el origen y la evolución del daño al ADN.
Con estas herramientas no solo se pueden conocer las alteraciones en el presente, sino también lo ocurrido en el pasado e inferir el pronóstico del paciente.