La terapia dirigida es un tipo de tratamiento que actúa sobre las proteínas que controlan el crecimiento, la división y la diseminación de las células cancerosas.
Estas proteínas pueden estar alteradas por cambios en el ADN de las células neoplásicas. Para encontrar la terapia dirigida adecuada, se pueden hacer pruebas para identificar los cambios genéticos específicos que contribuyen al desarrollo del cáncer.