Cuando una persona pasa por un tratamiento contra el cáncer es un poco complicado que mantenga una vida activa. Durante el proceso de recuperación, muchos pacientes pasan largas horas tendidos en la cama, lo que puede ocasionar rigidez en las articulaciones. Además, el ejercicio ayuda a reducir el estrés y a mejorar el ánimo debido a la liberación de endorfinas.
Recuerde que la cantidad de ejercicio, así como el tipo de rutina que pueda realizar, dependerán de las especificaciones que le otorgue el médico.
Otro factor para tener en cuenta es si el paciente era una persona activa antes de empezar el tratamiento, ya que esto ayudará a que continúe con sus rutinas diarias.
Algunos de los ejercicios que se pueden realizar son los siguientes:
- Salir a caminar al menos 30 minutos al día. No es necesario trotar para mantener el cuerpo activo, además, es una actividad relajante.
- Si se está acostado, pueden realizarse ejercicios en la cama, ya sea acostado o sentado, con mancuernas de poco peso.
- Si el tratamiento imposibilita el ejercicio por cuenta propia, pida la ayuda de un terapeuta o enfermero. Lo importante es mantener los huesos y músculos en movimiento.
- Algunos pacientes también pueden hacer actividades físicas más demandantes como el yoga.
Es importante que continúe en movimiento después de terminar cualquier tratamiento. Recuerde que la sana alimentación y el ejercicio son esenciales para que el cáncer no vuelva a manifestarse.
Algunos estudios demuestran que hacer una rutina de ejercicio de 3 a 4 veces a la semana reduce hasta en un 40% el riesgo de contraer cáncer de mama o de colon.
Se recomienda que los adultos realicen 30 minutos diarios de ejercicio, mientras que los niños y adolescentes deben hacer una hora al día. Reduzca el tiempo que pasan frente a la computadora o televisión.
Antes de realizar cualquier tipo de rutina debe consultar con su médico para evitar cualquier tipo de lesión.