Por: Dra. María Eugenia Pérez Aguinaga.
Infectóloga / Red Médica de CCT100
Durante la temporada de calor, las infecciones gastrointestinales tienden a presentarse con más frecuencia. La mayoría consisten en episodios de diarrea, náusea o vómito y algunas con dolor abdominal.
Las personas que tienen un sistema de defensa fuerte, logran controlarlas en algunos días. Algunas personas pueden presentar variaciones de estas infecciones en una forma más severa, por ejemplo con fiebre (temperatura mayor a 38°C), escalofríos, dolores articulares, dolor abdominal intenso, o presencia de sangrado o moco en las evacuaciones. Cuando la diarrea se presenta con mucha intensidad, el número o la cantidad de evacuaciones puede deshidratar a una persona y requerir un ingreso hospitalario.
Las infecciones gastrointestinales más comunes son la gastroenteritis aguda, fiebre tifoidea, y otras como la infección por el virus de la hepatitis A. Todas ellas se adquieren por el consumo de alimentos mal preparados, sin suficiente limpieza o tiempo de cocción, o por la ingesta de agua que está contaminada por bacterias, virus u otros agentes infecciosos.
Los pacientes con cáncer tienen un sistema inmune que puede estar más delimitado por medicamentos, quimioterapias, debilidad, desnutrición o la misma enfermedad tumoral. Pueden presentar infecciones de mayor severidad o duración que las personas con un sistema inmune fuerte. La principal causa de hospitalizaciones o complicaciones graves por una infección con diarrea, es la deshidratación. Sin tratamiento, esto puede causar problemas más graves como falla renal, estado de choque o muerte.
¿Cómo se puede prevenir infecciones gastrointestinales durante épocas de mayor calor o temporadas de primavera y verano?
Un paso esencial es la limpieza de las manos de las personas que ingieren y las que preparan los alimentos. Es importante desinfectar las manos antes de comer y preparar alimentos y también después de ir al baño. Los antisépticos más recomendables contienen alcohol-gel en concentraciones del 70%; pero un simple lavado de manos con agua y jabón también reduce el riesgo. En segundo lugar, es mejor preferir lugares para comer donde los alimentos estén adecuadamente limpios, frescos y desinfectados. Finalmente, seleccionar alimentos con un adecuado nivel de cocción y evitar el consumo de alimentos crudos mal preparados o mal conservados también evita infecciones. Evita alimentos
que se han congelado y descongelado repetidamente, han estado expuestos al aire ambiente por periodos prolongados de tiempo, y evita infecciones gastrointestinales. Finalmente, vacunas como la vacuna contra la hepatitis A previene la infección por este virus, incluso después de tener contacto con alguien infectado. Es segura y se puede aplicar en personas inmunocomprometidas.
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