Casi todos conocemos a alguien diagnosticado con cáncer. Incluso, puede llegar a parecer que esta enfermedad es hereditaria en algunas familias. Aprender sobre los antecedentes de cáncer de tu familia y de otras enfermedades crónicas, incluyendo cardiopatía y diabetes, puede ayudarte tanto a ti como a tu médico a cuidar de tu salud.
Aquí un par de consejos:
•Aprovecha las reuniones familiares (o llamadas telefónicas durante el brote de COVID-19) para hablar sobre el historial médico familiar. Conversen sobre los antecedentes médicos familiares y actualicen esta información en la reunión siguiente en caso de haber cualquier cambio. Si un problema de salud es hereditario en tu familia, quizás pueda tomar medidas para ayudar a reducir su riesgo. Por ejemplo, puedes mejorar tus hábitos alimentarios, hacer más actividad física y dejar de fumar en caso de hacerlo.
•Comparte cualquier información nueva con tu médico y manténlo al tanto cuando alguien en tu familia haya sido diagnosticado con cáncer, incluso si no pregunta. Los médicos suelen preguntan los antecedentes familiares de cáncer en su primera consulta, pero no acostumbran continuar preguntando si algo ha cambiado. Mantenlo actualizado. Tu médico puede ayudarte a hacer cambios de hábitos saludables y recomendarte las pruebas de detección del cáncer que sean adecuadas para ti.
¿Necesito hacerme una prueba genética?
El cáncer no es hereditario en la mayoría de los casos, por lo que la mayoría de las personas no necesita una prueba genética. De hecho, se cree que solo entre el 5% y 10% de todos los cánceres están relacionados con mutaciones genéticas que se transmiten a través de la familia. Si tienes certeza de presentar un historial familiar de cáncer contundente y quieres aprender sobre tu composición genética, pide a tu médico que te remita primero a un asesor genético para que te oriente de los riesgos y los beneficios de someterte a una prueba genética.
Es importante saber que tener una mutación genética hereditaria no significa que resultará en cáncer. Hace que tengas un mayor riesgo de presentar un determinado tipo (o tipos) de cáncer.
Mitos y realidades sobre el cáncer hereditario:
Mito: Si el cáncer es hereditario en mi familia, yo también tendré cáncer.
Realidad: A veces, las personas en la misma familia presentan cáncer porque comparten conductas que aumentan el riesgo de esta enfermedad, no porque compartan genes. Las conductas que aumentan el riesgo pueden incluir: fumar, hábitos alimentarios poco saludables y falta de ejercicio. En otros casos, el cáncer puede ser causado por un gen anormal que se transmite. Pero lo que no se hereda el cáncer como tal, sino el gen anormal que puede, o no, resultar en cáncer.
Mito: Si nadie en mi familia tiene cáncer, yo tampoco lo tendré.
Realidad: La mayoría de las personas diagnosticadas con cáncer no tienen antecedentes familiares de dicha enfermedad. Solo entre un 5% y 10% de todos los casos de cáncer son hereditarios.
Mito: Si tengo antecedentes familiares muy marcados, no hay nada que pueda hacer para protegerme.
Realidad: Las pruebas de detección pueden ayudar a prevenir que algunos tipos de cáncer puedan ocurrir, o detectarlos en las etapas iniciales cuando podrían ser más fáciles de tratar. Habla con tu médico sobre qué pruebas necesitas y cuándo debes comenzar a someterte a dichas pruebas.
Todas las personas, independientemente de sus antecedentes familiares, pueden ayudar a reducir su riesgo de cáncer evitando el tabaco, manteniendo un peso saludable, teniendo una alimentación saludable y haciendo suficiente ejercicio.
Fuente:
American Cancer Center